
Hay usuarios que buscan portátiles gaming para jugar, otros tienen claro que necesitan un ordenador para edición de foto y vídeo, pero… ¿qué pasa cuando lo que quieres es un portátil para usos generales como navegar por internet y ofimática con Windows como sistema operativo y además tienes un presupuesto ajustado?
En esta guía de compra de portátiles con Windows por menos de 500 euros os proponemos unas especificaciones mínimas y adecuadas para ejecutar con solvencia tareas de ofimática, reproducción de contenidos y navegación en la actualidad, pero con la mirada puesta en los próximos años. Asimismo, os ofrecemos una serie de modelos que se ajustan a estos criterios buscando ofrecer la mayor diversidad posible con portátiles con alta relación entre prestaciones y precio.
Cómo acertar eligiendo un portátil con Windows por menos de 500 euros
Estamos buscando un ordenador portátil con Windows que nos ofrezca una experiencia satisfactoria ahora y en el futuro cercano por menos de 500 euros.
En este caso la idea es que ejecute con solvencia y fluidez programas habituales para un usuario básico – medio como las suites Microsoft Office u LibreOffice, Chrome, Mozilla, VLC, Audacity, GIMP y Photoshop – para usos puntuales a nivel aficionado –, Acrobat Reader, Calibre, Skype, entre otros.
Como a la hora de elegir cualquier otro ordenador, prestaremos especial atención al hardware teniendo en cuenta que el presupuesto es limitado: CPU, memoria RAM, tipo y espacio de almacenamiento… dejando en un segundo plano aspectos como el diseño, la pantalla, conectividad dimensiones y el peso. No obstante, en este abanico de precios hay opciones cuidadas e interesantes.
En nuestra búsqueda de los mejores ordenadores portátiles con Windows por menos de 500 euros.
CPU
En lo referente a las CPU, tanto Intel como AMD cuentan en su catálogo con microprocesadores muy atractivos para ordenadores portátiles básicos. Nos anticipa que en un par de líneas el estado del arte de los portátiles en esta gama de precios relacionando hardware con diseño y por cuáles apostar si queremos fluidez: A no ser que vayamos a fabricantes chinos con procesadores de las familias Celeron o Atom de Intel – con un rendimiento muy limitado – , vamos a encontrar equipos de 14 y sobre todo 15,6 pulgadas de marcas como HP, Lenovo y Asus.
Son los segundos los que ofrecen una propuesta más capaz de mover Windows y software general. Pastor nos marca una línea de mínimos: “una buena opción es un Core i5-8250U junto a modelos como los Ryzen 5 2500U, que también pueden plantear una potencia decente en estas propuestas.”
Teniendo en cuenta que en este rango de precios es prácticamente imposible encontrar los modelos con más núcleos como Intel Core i7 o AMD Ryzen 7 de última generación, nos insta a buscar los últimos lanzamientos de ambos fabricantes:
Me fijaría en que se apoye en un procesador Intel Core de novena o décima generación, o bien en un Ryzen de AMD de tercera o cuarta generación. Estas dos compañías modifican generación tras generación la microarquitectura de sus soluciones para incrementar su relación rendimiento/vatio. Y esta mejora suele tener un impacto notable tanto en el rendimiento como en la autonomía de los ordenadores portátiles. Además, durante los últimos años hemos sido testigos de que el diseño de los chips x86 incorpora puertas de entrada a amenazas de seguridad tan dañinas como Meltdown y Spectre, por lo que apostar por una CPU más moderna nos ofrece una mayor protección contra estas y otras amenazas.
A partir de aquí, explica que “intentaría que este chip sea lo más capaz posible. Mejor un Core i7 que un Core i5, y este último que un Core i3. Y lo mismo con AMD. Mejor un Ryzen 7 que un Ryzen 5, y este último que un Ryzen 3.”
Memoria RAM
JaviPas nos advierte “ojo con las ofertas de portátiles con 4 GB que pueden quedarse cortas en escenarios como el de navegar por internet con muchísimas pestañas abiertas.”
A partir de aquí, explica que en torno a los 500 euros las propuestas de 8GB de RAM son habituales y es una buena cifra.
Esta RAM a priori es suficiente para un uso meramente ofimático, de navegación en Internet y reproducción de contenidos. Eso sí, la cantidad óptima para que el rendimiento global del equipo nunca se degrade aunque pisemos fuerte el acelerador es 16 GB DDR4.
La memoria principal tiene un impacto importante en las prestaciones, por lo que nos proporciona un apunte por si tenemos que elegir: “Merece la pena sacrificar algo de potencia de CPU si con ello vamos a poder saltar de 8 a 16 GB de RAM. Esto significa, sencillamente, que tiene sentido elegir un portátil con un procesador Intel Core i5 y 16 GB de RAM, y no uno con un Core i7 y 8 GB, siempre y cuando, eso sí, el resto de los componentes esté a la altura.”
Aunque los SSD ya están plenamente consolidados en las propuestas de los principales fabricantes de portátiles, todavía hay equipos con los clásicos duros mecánicos, que ofrecen más espacio a cambio de una reducción drástica en su velocidad de transferencia de datos.
Por menos de 500 euros no vamos a encontrar combinaciones de ambos: “no renunciaría a una unidad SSD con interfaz NVMe M.2 bajo ningún concepto. Su impacto en las prestaciones de la máquina, al margen de su capacidad, es enorme, por lo que descartaría un disco duro mecánico”
Ofreciéndonos un punto de partida:
Por debajo de 500 euros encontraremos portátiles con discos duros tradicionales (HDD) de mayor capacidad (500 GB, 1 TB), pero serán unidades de 5.400 RPM poco recomendables y que debemos intentar evitar. Es recomendable siempre optar por modelos con una unidad SSD de 128 GB, que será probablemente la cifra habitual.
En un portátil de bajo precio la capacidad habitual es 256 GB, una cifra que no da para muchas alegrías, pero que se puede complementar con un disco duro externo.
Nos propone más opciones: “Podemos comprarlos con esas unidades y luego invertir un poco más en una unidad SSD SATA por separado que podremos instalar en el equipo: la mayoría de portátiles dan acceso relativamente sencillo a ese cambio de unidades de almacenamiento.”
¿Y lo demás?
Con la limitación de 500 euros, salvo alguna excepción, tendremos que renunciar a los acabados más opulentos, los sistemas de refrigeración más sofisticados y las pantallas más ambiciosas.
Nos ha anticipado más arriba, la diagonal más frecuente en estos precios es de 15,6″, pero ojo porque nos insta a prestar atención a la resolución “en muchos casos nos plantearán con resolución HD (1.366 x 768) en lugar de Full HD (1.920 x 1080)”, un salto que notaremos si pasamos horas frente a la pantalla.
Coinciden en la importancia de los puertos disponibles. Nos da los mínimos: “al menos con un USB-C, un USB-A y un HDMI podremos conectar todo tipo de periféricos
A partir de aquí, matiza: “Su presencia garantiza que el portátil está capacitado para convivir con los periféricos y las unidades de almacenamiento externo que necesitaremos durante los próximos años. Y, de propina, si incorpora Wi-Fi 6 mucho mejor que si solo tiene conectividad WiFi 802.11ac.”
Respecto al teclado, nos advierte a la hora de comprar en internet modelos importados: “Es importante también tener en cuenta que el teclado tenga la disposición QWERTY en español y a ser posible que sea retroiluminado.”
Finalmente, un apunte: la idea es tener un ordenador portátil para propósitos generales con Windows instalado, pero cuidado porque como explica:
Algunos modelos, cuidado, pueden llegar sin Windows 10 preinstalado, algo que obligará a instalar una versión de evaluación y a comprar -si así lo deseamos- una licencia aparte. Esto es engorroso para muchos usuarios, por lo que adquirir equipos con Windows 10 ya instalado es lo más recomendable a no ser que el usuario conozca las distribuciones Linux y pueda trabajar con ellas sin problemas.